Santiago 1:5 así también la lengua es un miembro pequeño, se jacta de grandes cosas. He aquí ¡cuán grande bosques enciende un pequeño fuego!
Esta es la historia de un muchachito que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que él aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.
Descubrió que era más fácil controlar su carácter durante todo el día.
Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta.
Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo: "Has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves".
Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero el modo como se lo digas lo devastará y la cicatriz perdurará para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como la ofensa física. Los amigos son joyas preciosas. Nos hacen reír y nos animan a seguir adelante. Nos escuchan con atención y siempre están dispuestos a abrirnos su corazón. Tenlo siempre presente.
Resulta que el miembro más pequeño de nuestro cuerpo es más letal que toda arma sofisticada y esa es la lengua.
Con este miembro podemos dar aliento o podemos destrozar la vida de cualquier, un comentario fuera de tiempo puede causar tantos problemas tanto en nuestras vidas como en las vidas de aquellos que nos rodean.
Todos más de alguna vez hemos ofendido a una persona por no poder contralar nuestra lengua a un amigo, hermano, padre, esposo/as e hijos. Muchas veces hablamos sin pensar y cuando todo está hecho nos damos cuenta que hemos ofendemos pero el daño está hecho.
Este miembro cuán difícil es poderlo dominar y cuán difícil también es poder calmar la tempestad causada por la lengua, a tal grado que puede causar división y muerte.
Los hijos de Dios tenemos que ser más prudente con nuestra lengua, ocuparla para edificar vidas, para fortalecer, unir y sobre todo para hablar de Jesús y glorificar a Él. Pero la pregunta es ¿Por qué meramente para el cristiano? La respuesta es Santiago 3:10 de una misma boca proceden bendiciones y maldiciones, hermano míos, esto no debe se así
Controlar nuestra lengua también es ser prudente y a la vez es vivir en armonía con nuestro prójimo y familia.
Dios te bendiga.
ESCRITO PARA: masparatuvida.blogspot.com
POR: Obett Herrera
Obett Herrera - La Lengua
Reviewed by Ernesto Gutierrez
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18:03
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