Cuando una persona está todo el tiempo queriendo demostrar cosas
de el mismo a los demás está sufriendo de una pésima imagen de sí mismo (baja
estima) y quiere de alguna forma estar proclamando “que él no es poca cosa y
que vale mucho”, por ejemplo cuando alguien esta “queriendo venderte” su imagen
diciendo todo lo que él sabe, los lugares que conoce, el auto que tiene, las
cosas que se compro, etc., esta necesitando de tu alabanza hacia él para
fortalecer y alimentar su autoimagen y este tipo de conducta es esclavizante
porque siempre necesitara agradar, agradar y agradar en todo sin fin.
Tú no vales por lo que posees, ni por la opinión de otros, ni
por las cosas que te compres, sino que vales por el simple hecho de ser una
persona creada a imagen de Dios, y que Dios puso nombre y tiene un destino maravilloso.
En Cristo tenemos nuestra identidad y Dios preparo de antemano un diseño que
tenemos que esmerarnos en recorrer cada día y somos tan especiales todos por
igual, la percepción que tengamos de nosotros mismos puede ser muy
distorsionada, pero hoy es el día donde el Señor te libera de esas mentiras que
te dijeron y te enseñará a ser equilibrado y sano en tu autoimagen. Jesús dijo:
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Si no te llevas bien contigo mismo y no
te amas a ti mismo como Dios lo hace, nunca podrás amar y ser verdaderamente
útil a los demás.
La raíz de una persona que quiere impresionar es que se siente
poca cosa en lo profundo de su ser, esto nació porque alguien o alguna situación
vivida le ha producido un dolor que le hizo sentir que en verdad su vida no tenía
valor y queriendo salir de este trauma busca difundir que en verdad es una gran
persona y esta actitud se transforma en una adicción y se arraiga tanto que
comenzamos a ser artificiales y superficiales atados a la aprobación o
desaprobación de quienes nos rodean.
Con respecto a este trauma podemos dar un ejemplo en los
hombres, que se inclinan en su mayoría a ver cuál de sus amigos tiene mejor sueldo
o quien se compra el mejor auto, cuanto más auto o mejor trabajo, más seguro de
sí mismos se sienten, se esfuerzan, trabajan, sudan y se preocupan por vender
su propia imagen a ciertas personas de esta forma, pero no se dan cuenta que
esto no los librara de su trauma, porque siempre verán alguien con mejor auto o
mejor sueldo y vuelven al círculo vicioso una y otra vez, además que dañan a su
familia y descuidan cosas mucho más importantes obsesionados con el deseo de su
enfermo ego. Esto requiere una sanidad emocional del Espíritu Santo y la
revelación de nuestra verdadera identidad en Dios por medio de Cristo.
Las mujeres tienen tal vez otras tendencias distintivas, podemos
nombrar (solo como algunos ejemplos) la ropa, el cuerpo y la casa; me parece
ver la mirada de ciertas mujeres cuando aparece otra con ropa mas nueva o
elegante, ¡parece que se les va la alegría de golpe!, miran y comparan el
cuerpo y la ropa. Y también piensan que matándose en el gimnasio o gastándose
todo en ropa de última moda van a ser superiores; ¡pero no se dan cuenta que no
son superiores ni inferiores!
Sufren por esto y envidian. Pero una solución a esto es que
cuando vean a otra que les parece mejor la admiren y aprender de ella así
podrán llegar a lograr lo que desean, pero sin obsesiones enfermas, sino de
forma sana y equilibrada. Otras mujeres tienen más inclinación a tener la casa “impecable”
limpian sobre lo limpio todo el día y enferman así a toda la familia, cada vez
que viene alguien parece que tienen que “dar examen” delante de los visitantes.
No está mal limpiar, pero si está mal ser obsesionado y caminar
con un trauma. En psicología dicen que los obsesionados por la limpieza puede
que sientan algo desordenado en su interior.
Hay más todavía, podemos nombrar querer tener títulos académicos
para alimentar así el ego, viajar por el mundo para mostrar las fotos, comprar
electrodomésticos caros que ni los necesitamos, etc.
Admirar no envidiar.
Todo lo que admires lo recibirás, todo lo que envidies te
dañará. Cuando veas algo que no lograste, admíralo y alégrate para que pronto conquistes
tus sueños. Dios nos llamo a heredar bendición en todo, pero no nos llamo a
envidiar y a ser obsesionarnos con nuestro ego, porque ninguna cosa material,
ningún logro personal sanará tu estima, tu autoimagen se debe sanar hoy mismo,
porque cuando llegues a esas cosas que deseas tienes que saber que ya eras un
conquistador, porque somos lo que somos en potencia y en verdad. David tenia corazón de rey y conquistador aún antes de
matar a Goliat, aún antes de tomar el trono de Israel, David era un líder en
potencia, un guerrero victorioso y un hombre de éxito aun mientras cuidaba las
ovejitas de su padre, ante los ojos de los demás era un pequeño pastorcito
desconocido, “un don nadie”, pero él en su interior sabia quien era, sabia su
potencial y tenía su seguridad puesta en el Señor. Cuanto más conocemos a Dios
más podremos entender que somos sus preciados y valiosísimos hijos.
Tu destino no tiene comparación, la voluntad de Dios para tu
vida es única, nunca te compares, nunca busques la admiración de la gente, solo
tienes que ayudar, ser útil y ser quien Dios quiso que seas y hacer las cosas
con buena conciencia guardando la palabra del Señor con humildad y así todo te
saldrá bien. Recuerda: Si quieres demostrar cosas vas a terminar espantando a
los demás, pero si eres puro y humilde amando a Dios llegarás a ser una persona
plenamente bendecida y estarás lleno de la gracia de Dios.
“Pero él nos da mayor ayuda con su gracia. Por eso dice la
Escritura:
Dios se opone a
los orgullosos, pero da gracia a los humildes”. (Santiago
4:6 )
¡Adelante déjate
guiar por Dios!
ESCRITO PARA: masparatuvida.blogspot.com
POR: Ernesto Gutierrez
Ernesto Gutierrez - Cuando necesito agradar a los demás
Reviewed by Ernesto Gutierrez
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19:26
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