Don Toño un señor de avanzada edad, que vivía de una pequeña pensión, tras haberse jubilado como obrero en una constructora; a pesar de sus enormes sacrificios en sus jornadas laborales y las miles de horas extras que debía hacer para mejorar un poco los ingresos a su hogar, logró sacar adelante a su único hijo, Carlos, quien era muy inteligente y dedicado en sus estudios, al finalizar su bachillerato en un instituto nacional, sus esfuerzos fueron premiados recibiendo una beca para estudiar en una universidad en el extranjero. Don Toño orgulloso de ver a su único hijo culminar sus estudios en el extranjero era feliz, y no le importaba ver hacia atrás y enumerar todo lo que había dejado de comprar, de usar, etc., junto al lado de su esposa Doña Tere, así es, no les importaba pues creían que su hijo debía llegar más allá de donde ellos habían imaginado llegar.
Con el paso de los años su esposa, Doña Tere enfermo gravemente, Don Toño preocupado llamo por teléfono a su hijo Carlos, quien ya se desempeñaba como gerente de mercadeo de una reconocida empresa transnacional, vivía en una exclusiva zona residencial al lado de su esposa, a quien había conocido en un viaje de negocios en el extranjero; al momento de la llamada Carlos no pudo atender a su padre, y dijo a su secretaria “dile que le correspondo la llamada, más tarde” pues se encontraba en una conferencia muy importante. Lastimosamente Doña Tere murió a los cinco días, y Don Toño no fue correspondido en la llamada, pero él pensaba “Carlos está muy ocupado, pero le llamaré para darle la lamentable noticia; Dios por favor no quiero ser inoportuno pues mi hijo es un hombre muy ocupado, Dios dale fortaleza a mi hijo para que reciba con serenidad la noticia”, y así fue, llamo por teléfono a Carlos, quien fue inmediatamente a la funeraria lleno de dolor y arrepentimiento por no haber estado cerca de su madre en sus últimos días.
Le pidió perdón a su padre, y le dijo: “Padre, ya estas viejo y muy enfermo; continuaras viviendo sólo? Porque no te vienes conmigo?”. Su padre le respondió: “Hijo tengo miedo de vivir solo, pues tu madre era mi única compañía; pero no quiero incomodarte con mis dolores por las noches ni ser un estorbo”. Carlos exclamo: “Para nada que estorbarás padre, te puedes quedar en la habitación de la servidumbre aunque tiene un viejo camarote podrás descansar, pues las habitaciones de huéspedes las utilizan mis amigos en sus visitas de fines de semana; aunque me preocupa que no te sientas en ambiente y confianza cuando yo tenga visitas; pero bueno tú decides!”; El anciano respondió con el corazón quebrantado: “el acilo del que hablaste no me gusta, y no quiero incomodarte, mejor me regreso a mi vieja casa”.
Carlos ya tenía un hijo, Adriancito, quien escucho toda la conversación; y de regreso a casa, dijo a su padre: “Papá! Papá!”, “dime”, dijo Carlos, “Papi, cuando tenga mi propia casa, procuraré que ésta tenga un cuarto para la servidumbre y te compraré un televisor, para que no te aburras por las noches; o tú sí aceptaras quedarte en el acilo? Si lo haces, yo sí te visitaré todos los días”…......
Jesús nos dice en su palabra Mt7:2“Pues Dios los juzgará a ustedes de la misma manera que ustedes juzguen a otros; y con la misma medida con que ustedes midan, Dios los medirá a ustedes” Mt7:12“Asi pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque esto es lo que mandan la ley y los escritos de los profetas.” Te invito a que cuidemos nuestras acciones, nuestras palabras; pues somos espejo y ejemplo para quienes nos rodean. Que nos reconozcan por nuestras buenas obras y por tener un espíritu de servicio para los demás; que nuestro testimonio sea amor y bondad, comenzando por nuestra casa. Que la gracia de Dios nos llene el alma y que nuestras acciones sean de agrado ante los ojos de Dios. Que Dios nos recompense por nuestras obras en la tierra.
….y el que recibe a un hombre bueno porque es bueno, recibirá el mismo premio que se a un hombre bueno. Y cualquiera que les da siquiera un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por ser seguidor mío, le aseguro que tendrá su premio. Mateo 10:41-42.
¡Que Dios te bendiga siempre!
ESCRITO PARA: masparatuvida.blogspot.com
POR: Sandra Ramirez
Sandra Ramirez - EL SEMBRADOR Y SUS COSECHAS
Reviewed by Ernesto Gutierrez
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18:59
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Q lindo amiga . . . muy buena enseñanza, si todos pensaramos en los demas, antes que en uno mismo, probablemente no estuviesemos en la situacion q nos encontramos, los tiempos cambian pero el Señor y su palabra nunca cambiaran. Geo.
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